domingo, 30 de octubre de 2011

LA VUELTA A CASA


Pese a la derrota de ayer, el hincha de River se fue del Nuevo Gasómetro con la satisfacción de saber que fue el último partido de local fuera del Monumental. En dos semanas, Núñez volverá a vibrar como siempre.

No más. Atrás quedaron esos dos partidos de fútbol sin público, sin pasión. Lisa y llanamente, sin fútbol. Uno, en cancha de Huracán, ante Desamparados de San Juan, y el otro, en la de San Lorenzo, frente a Defensa y Justicia. Contra dos equipos que soñaban con jugar en un Monumental repleto y terminaron padeciendo esas medidas demagógicas a las que suelen apelar los organismos de Seguridad en Argentina.
Atrás quedaron también esos tres partidos de localía incierta para La Banda, en los que recibió con más gloria que pena a Gimnasia La Plata, Atlanta y Aldosivi. A partir del  domingo 13 de noviembre, River volverá a jugar en su casa, en el Monumental.
Ese estadio tan cuestionado por estos días, pero que tantas alegrías le ha dado no sólo al hincha de River, sino al mundo del fútbol argentino en general. Desde allí, desde esas tribunas habilitadas para 40, 60 o los miles de espectadores que sean, los hinchas de River volverán a desatar su pasión por millones.
Esa misma que se mantuvo inalterable ayer en San Lorenzo y que se ha propagado por cada cancha que les tocó visitar durante los últimos años. Porque con 3.000, 8.000 o 26.000 hinchas presentes, River fue y seguirá siendo local juegue donde juegue, pero más aún dentro de su querido Antonio Vespucio Liberti.

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